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Domingo, 02 de noviembre de 2025
La cooperación entre Europa y Colombia ha dejado atrás el asistencialismo para dar paso a una nueva etapa basada en la inversión, la innovación y la corresponsabilidad. Desde Euro Cámaras Colombia, compartimos cómo esta transformación está redefiniendo el papel del sector privado en el desarrollo sostenible del país.
Durante décadas, la cooperación internacional en Colombia se asoció con el concepto de “asistencia”. Programas de ayuda, fondos humanitarios y proyectos temporales marcaron la pauta de la relación entre el país y sus aliados internacionales. Pero esa era está quedando atrás.
Hoy, Europa avanza hacia una nueva forma de cooperación: una que combina la sostenibilidad con la inversión, la inclusión con la innovación y la solidaridad con el desarrollo económico. Colombia —país de renta media, con un ecosistema empresarial dinámico y una agenda social ambiciosa— ya no se entiende solo como país receptor, sino como socio estratégico para construir prosperidad compartida.
Desde Euro Cámaras Colombia, red que agrupa a las Cámaras de Comercio Europeas presentes en el país, hemos sido testigos de esta transformación. La cooperación europea se ha convertido en una plataforma de alianzas económicas, tecnológicas y comerciales que fortalecen el tejido productivo, fomentan la transferencia de conocimiento y abren nuevas oportunidades para empresas y comunidades.
Por ejemplo, en el marco del Global Gateway, la estrategia europea que impulsa conexiones sostenibles entre Europa y el mundo, la apuesta es clara: promover proyectos que sean económicamente viables, ambientalmente responsables y socialmente inclusivos.
Ya no se trata de “entregar recursos”, sino de invertir en capacidades, de apoyar el crecimiento empresarial en los territorios y de acompañar procesos que generen independencia económica, empleo digno y transformación sostenible.
Colombia sigue siendo un destino atractivo para las empresas europeas. Sectores como las energías renovables, la agroindustria sostenible, la digitalización y el ecoturismo muestran que la inversión privada puede ir de la mano con la consolidación de la paz. Como decía recientemente un representante europeo: “La paz y la inversión hoy hablan el mismo idioma.”
Esta visión compartida guía el trabajo de las empresas y cámaras europeas en Colombia, donde la cooperación no se mide por la cantidad de fondos, sino por la calidad del impacto. Proyectos que fortalecen las cadenas de valor del cacao, conectan productores locales con los mercados internacionales o impulsan la economía circular son ejemplos concretos de cómo el enfoque europeo se traduce en competitividad y desarrollo.
Europa entiende que el desarrollo económico, la sostenibilidad y la cohesión social no son caminos paralelos, sino parte de un mismo propósito. Por eso, las nuevas formas de cooperación buscan integrar la paz territorial con el crecimiento productivo, la digitalización y la acción climática.
Desde Euro Cámaras Colombia, reafirmamos nuestra convicción: el futuro de la cooperación europea con Colombia no está en la asistencia, sino en una alianza estratégica. Una alianza donde empresas, gobiernos y comunidades construyen juntos —con corresponsabilidad y visión de largo plazo— el progreso que ambas regiones desean.
Porque en este nuevo ciclo, Europa no coopera para asistir, sino para crecer, invertir y transformar junto a Colombia.